Video de Cojutepeque

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Hace unos meses, mi buen amigo Roque Mocan compartió en Youtube un video del viaje en auto desde San Salvador a Cojutepeque. El, con su propio auto y camara digital, ha documentado muchos otros destinos en El Salvador (mas de 80 videos!). Ver el canal de Youtube de Roque Mocan

Este video es un segmento que tomé de la parte en la que Roque maneja por Cojutepeque, mi ciudad natal. Cuando lo ví por primera vez me dió mucha alegría reconocer sus calles y callejones, ver los parques e incluso mi propia casa. Esto me motivó a sincronizar el video con una canción que escribí justo después de los terremotos del 2001, al a ver mi querido Cojute en los suelos y compartir el rostro de desconsuelo de los cojutepecanos ante sus casas centenarias derrumbadas, pero a la vez con una fuerza interior para reconstruir desde el primer dia.

Cojutepeque siempre fué una ciudad especial. La leyenda dice que un sacerdote de apellido Suvillaga, al cual se le adjudican caractristicas milagrosas; desde el cerro de las Pavas, lanzó una bendición que se inscribió en la memoria popular: “Cojutepeque no sufrirás guerras ni desgracias”. Esta bendición se reforzaba con el tiempo, pués a pesar de estar en la zona central, los horrores de la guerra civil de los años 80 no tocaron la ciudad como en otras zonas del país. Tambien existía la creencia que debido a la naturaleza rocosa del suelo de Cojute, éste nunca sería afectado por terremotos. Todas esas creencias populares se vinieron abajo junto con cientos de casas, después de dos terribles terremotos el 13 de Enero del 2001 y un mes despues, el 13 de Febrero. Yo me lamenté de no haber escrito una canción para esta ciudad que me nutrió por mas de 20 años, por eso escribí un lamento de no haberle cantado a tiempo cuando estaba “chapudita” y juguetona. La inspiración me llegó con las lagrimas y el dolor.

 Quizás a simple vista el video y la canción esten separadas animicamente, pues mientras la letra es de tristeza y derrota, el video muestra una ciudad colorida y vibrante, en realidad esa es la intención de la última estrofa, el darnos animos y la certidumbre que un día esas paredes estarían nuevamente de pié, con mas fortaleza, haciendo mérito al grito de “Adentro Cojutepeque!” entonces es cuando el video de Roque me trajo la realización de este deseo, 8 años después.