– Nota: Aunque me gustaría que leyeran el artículo antes de escuchar la música, estoy agregando el enlace a la canción aqui: Tu Olor Habana
Hace aproximadamente 10 años escribí una prosa, que después de todo este tiempo vino a mí como una forma de reivindicación histórica de si misma. Yo soñaba hace unos días, como todas las noches, cuando se apareció en el sueño sin ser ni siquiera parte del mismo, así como esas escenas de “Interrumpimos este programa….” y me recordó de ese texto que se llamaba “El olor de la Habana”
Después de ese sueño, la idea de escribir una canción con esas letras, que ahora son pre-adolescentes a sus 10 años de edad, se plantó en mi cabeza y no me dejó tranquilo. Tenía que ponerle música caribeña a tan inestructuradas ideas y hacerlas bailar.
El trabajo no me desagradaba en lo más mínimo, al contrario, el único problema era encontrar el momento para que esas sensaciones vividas hace más de 10 años, de alguna manera regresaran a mis sentidos. Como si fuera tan fácil poner en el congelador las vivencias para volverlas a usarlas en el futuro! No, había que cerrar los ojos, sumergirse en el calor del recuerdo, por aproximadamente un par de horas y emprender el viaje de regreso. Esto particularmente no es fácil cuando se está en el trabajo.
Había que iniciar con un motivo, digo un motivo musical, pues el motivo, razón o circunstancia ya estaba dictada desde el más allá, o desde un poquito más acá, para no ir tan lejos. Decidí que la frase “Tu olor Habana” sería mi motivo, así que esperé a que ella misma me cantara su melodía. Todas las frases en determinado idioma tienen melodía, cadencia y ritmo propio. Esta no fue la excepción, la frase se cantó a ella misma y a mí, me encantó. Va mas o menos así: ♫ Tu olor Habana. (Estoy seguro que lo escuchan)
Con el motivo y el piano en los dedos, empecé a elaborar lo que serían las frases que acompañarían al pequeño motivo que hasta el momento duraba unos 2 segundos. No debería ser tan difícil, solo tengo que agregar unos 90 segundos de música antes y otros 90 después del motivo y tendré una canción de 182 segundos, 3:02 minutos. 3 minutos es la norma recomendada por la industria para hacer la canción “radio friendly” y aunque no era mi intención ser tan amigable con la radio, era un buen punto de partida.
Ya había pasado un buen tiempo trabajando en las frases que darían sentido y unidad a una idea más amplia, aglo asi como ♫ Tu olor Habana, ta ta ta. Ta ta ta ta, tata tata tatatata tata Tán ♫ estaba seguro que podría encontrar el resto de las palabras. Decidí seguir elaborando las otras secciones de la canción antes de preocuparme de esos tata tatas. Así es como me hice de una sección rítmica con aires de Cha Cha Cha o danzón para las estrofas. Después escribí una frase musical nueva, muy distinta a la original para que funcionara como introducción e intermedio.
Mi subconsciente rebelde quería arrojar un par de disonancias por aquí y por allá, pero mi consciente le decía que eso rompería con el aire tradicional de la canción. Después de varias horas de negociaciones, ellos acordaron poner las disonancias solo al inicio y al final. Mi subconsciente no estaba muy alegre, pero aceptó para no crear un problema mayor, con la contraparte que al fin y al cabo es el que trae el pan de cada día a la familia.
Después de varias horas de discusión interna pude terminar los 180 segundos restantes. Había que practicar todas las piezas juntas, hacer que el pegamento entre cada una de ellas no sea evidente y que las repeticiones estén en el lugar justo y no permitir que sos egos individuales secuestren el espíritu de la canción. Terminaba la canción, hice una grabación rustica para no olvidar su estado primigéneo. Ahora solo me resta escribir 180 segundos de letra para acompañar los 2 segundos de “Tu olor Habana”
Si alguien tiene en el congelador algunas letras que les guste bailar, mándenlas para acá. Aquí hay una melodía sin voz en busca de Cha Cha Cha.
Para los que lo terminaron de leer, gracias. Aqui esta la música: Tu Olor Habana