¿Alguna vez han estado disfrutando de su cafe en algun sitio, cuando la mesera o el mesero, sin preguntar rellenan su taza? Es una costumbre a la cual no me acostumbro. Aqui algo que me gustaria escribir en una de esas tarjetas de sugerencias:
Te acomodas, abres el periódico, endulzas tu café, caliente, imperfecto; con paciencia de artesano lo agitas hasta lograr el balance ideal entre blancas espirales y dulces remolinos. Valientemente sorbes la primera plana, sonries al borde del segundo trago, como si disfrutaras de esa matutina soledad. Haces una pausa, cambias de pagina. Aparece ella, sin decir palabra, rellena la taza con un amargo chorro de realidad. Cierras el periodico. Tu día ha comenzado.